
Desde los años 80, cada década ha traído consigo una nueva generación de tecnologías móviles que transforman las comunicaciones globales. Hoy, el 5G no solo representa un salto en velocidad, sino un cambio de paradigma que promete habilitar un ecosistema de innovación en sectores como la salud, la educación, el transporte y la industria. Sin embargo, su desarrollo en Latinoamérica enfrenta desafíos que han reavivado el debate sobre la importancia de la neutralidad tecnológica.
Un caso reciente que ejemplifica estos retos es la limitación a la participación de determinados proveedores de infraestructura 5G en Costa Rica. La decisión, impulsada por preocupaciones de seguridad, no solo ha generado tensiones políticas, sino que también ha puesto en evidencia la necesidad de adoptar políticas que permitan a los países mantener un acceso abierto y equilibrado a diversas tecnologías y proveedores. En este contexto, y desde la visión del Centro de Estudios para el desarrollo de las Telecomunicaciones y el Acceso a la Sociedad de la Información de América Latina – CERTAL, la neutralidad tecnológica se posiciona como un principio esencial para el desarrollo del 5G en Latinoamérica. Este enfoque permite a los países de la región acceder a múltiples fuentes de innovación, aprovechando lo mejor de cada proveedor sin restricciones políticas o económicas. La neutralidad tecnológica, basada en la libertad de elección de la tecnología más adecuada para cada proveedor, fomenta la competencia saludable, reduce costos y asegura que las decisiones estén basadas en criterios de eficiencia, seguridad y calidad técnica.
El 5G como catalizador del desarrollo económico.
La transformación digital impulsada por el 5G tiene el potencial de aportar $3,3 billones a la economía latinoamericana para 2035, según el Banco Mundial. Esta tecnología no solo incrementará la productividad, sino que también permitirá la creación de nuevos modelos de negocio y fomentará la inclusión digital en una región donde las brechas tecnológicas aún son significativas. La adopción de una política de neutralidad tecnológica en la región permitirá a los operadores de telecomunicaciones elegir soluciones que se ajusten a las necesidades locales, garantizando que el despliegue del 5G sea eficiente y accesible para todos. Por ejemplo, proyectos de redes rurales, iniciativas de ciudades inteligentes y desarrollos en manufactura avanzada serán posibles gracias a la flexibilidad que ofrece este enfoque.
Casos de éxito, innovación y cooperación internacional.
Varios países de la región ya están avanzando en esta dirección, y en ninguno de ellos se adoptaron decisiones restrictivas de la libertad o neutralidad tecnológica. Desde la creación de fábricas conectadas en Brasil hasta el lanzamiento de redes en México, las decisiones basadas en neutralidad tecnológica están demostrando ser una estrategia eficaz para maximizar beneficios y minimizar riesgos, permitiendo además que diferentes empresas compitan en igualdad de condiciones y se estimule la innovación. Esto es crucial para el crecimiento del sector en América Latina, donde se espera que la transformación digital contribuya significativamente al crecimiento económico. Es crucial que los gobiernos de la región continúen adoptando marcos regulatorios que promuevan este enfoque, garantizando estándares claros de ciberseguridad, interoperabilidad y sostenibilidad. Asimismo, la cooperación internacional con actores globales –tanto del ámbito público como privado– será clave para consolidar estos avances.
Hacia un futuro inclusivo y sostenible.
La neutralidad tecnológica no solo es una herramienta para el desarrollo tecnológico, sino también un catalizador para una sociedad más equitativa. Con ella, las economías latinoamericanas pueden construir un ecosistema 5G diverso y robusto que impulse tanto la innovación como el desarrollo social. Al priorizar este principio, Latinoamérica se posiciona como una región abierta al cambio, comprometida con el progreso tecnológico y enfocada en maximizar los beneficios de la revolución digital para todos sus ciudadanos.
Para concluir, CERTAL, como organización independiente de carácter tecnológico y Centro de Estudios, defiende firmemente los valores fundamentales de la libertad, especialmente la libertad empresarial y la autodeterminación en la toma de decisiones, siempre que estas no vulneren las libertades de otros. Por ello, promovemos la construcción de un ecosistema digital que fomente la equidad y garantice la igualdad de oportunidades para todos, aspirando a un mundo más integrado, regido por principios sólidos, en el cual las máximas libertades sean protegidas y valoradas.